El Derecho Penal y Procesal moderno se fundamenta en dos pilares indiscutibles: presunción de inocencia y derecho de defensa, derechos fundamentales que encontramos en el art. 24 CE.
En el procedimiento penal, la declaración de la víctima como única prueba de cargo puede ser suficiente para que se enerve la presunción de inocencia.
Concretamente, los delitos de naturaleza sexual se caracterizan por ser cometidos en la intimidad. De ello se deriva que, generalmente, la única prueba existente sea la declaración de la víctima. Se trata de asuntos complejos, en los que el acervo probatorio suele ser escaso y contradictorio.